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Realmente puede haber muchos puntos a favor y en contra de Debian pero el mayor punto a favor de soportar Debian, haciendo uso de ésta, colaborando en la documentación, o aportando nuevos paquetes, es que se trata de un proyecto en el que tienen cabida todo tipo de iniciativas. A diferencia de otras distribuciones con interés comerciales, en las que se puede llegar a una división de recursos entre lo que sería en realidad, esencialmente, la misma distribución, esto no sucede en Debian.
Notorio es por ejemplo, el hecho de los esfuerzos duplicados en distribuciones derivadas de RedHat, como Esware, Hispafuentes, o Eurielec Linux, debido a la imposibilidad de contribuir los muchos esfuerzos realizados por las personas a la distribución ``original'' lo que tiene como resultado el desarrollo de productos divergentes. Debian es, al contrario, un punto de concentración. Si se quiere, se puede entender como una ``enana blanca'', en lugar de explotar como una ``supernova'' extendiendo sus restos por el universo conocido, o llevar al olvido todo lo que pase próximo como haría un ``agujero negro''; seguirá absorbiendo materia, gracias a su fuerte gravedad, y viviendo mucho, mucho más tiempo.