Uno de los cambios más destacables del uso de la computadoras en los últimos años ha sido la expansión de la conectividad de red con TCP/IP desde la mesa del despacho a toda la organización. La infraestructura necesaria para soportar el crecimiento de la red, encaminadores, puentes, conmutadores y concentradores, ha crecido a una velocidad similar.
El personal técnico lucha por mantenerse con las demandas de conectividad y los cambios, movimientos y reconfiguraciones de red frecuentes, que caracterizan el entorno actual. Estas circunstancias han generado una necesidad de mecanismos que permitan automatizar la configuración de nodos y la distribución del sistema operativo y del software en la red. La forma más efectiva de conseguirlo es almacenar los parámetros de configuración e imágenes del software en una o más estaciones de arranque de red. Al arrancar, los sistemas interactúan con un servidor de arranque, recogen los parámetros de arranque y, opcionalmente, descargan el software apropiado.